"El
voluntario ha de ser una creativa escuela del corazón. Que a la sombra de
nuestro testimonio, a la luz de nuestro rostro, al amparo de nuestros
quehaceres, muchas personas se preguntaran de qué estamos habitados, de qué
está hecho nuestro corazón para ser capaces de sorprender con tanta blandura y
misericordia."
En la foto, aparecen Esther y David el pasado jueves 24 de mayo. Ellos son auténticos expertos en humanidad.
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